lunes, 10 de marzo de 2008

Yo, particularmente, soy profesor de informática y me tocó trabajar en varias escuelas con distintas realidades. Y resulta que el cambio del año 2005, pasando de 3 hs semanales de TIC a 2 hs fue una de las peores movidas que se les pueda haber ocurrido. Mucho más si observamos que
muchas escuelas (públicas y privadas) no tienen todavía computadoras para trabajar.

De todas formas, es muy poco lo que los docentes podemos hacer para cambiar esta realidad. Principalmente porque el sistema educativo está hecho con la filosofía "callate y laburá... para pensar estamos nosotros que tenemos un montón de títulos y la tenemos clara"... los del montón de títulos son la gente de los ministerios, claro está. No conozco ningún ministro de educación que tenga que trabajar en el aula cada semana... incluso algunos nunca trabajaron en el aula.

Lo que sí podemos hacer los docentes de informática es repensar nuestra función en la escuela.

Podemos ser maestros reproduccionistas que pasen por la vida de los chicos sin pena ni gloria o podemos adoptar un rol socializador e integrador para la nueva sociedad de la comunicación.

¿Notaron la diferencia cultural que se forma entre las personas que utilizan internet como herramienta cultural y los que no usan la computadora directamente?

La distancia parece de siglos... Hay muchos que ante la duda sobre algún tema, corremos a la wikipedia. Mientras que los demás se encogen de hombros.

En la vida laboral lo noto continuamente. Está la persona proactiva y autodidacta de la era de la comunicación. Y está el que no hace nada, salvo que haya tomado un curso para saber como se hace.

Creo que la capacidad de ser proactivo es una de las mayores diferencias que podemos aportar nosotros como profesores de informática... incluso con solo 2 hs cátedra por semana.

En tiempos donde por la puerta principal no tenemos apoyo, debemos enseñar a usar la puerta trasera.

Si los ministerios dicen "2hs por semana", nosotros podemos incentivar a los chicos a que aprovechen muchas horas más en el ciber, su casa o la casa de su amigo/a para aprender por si mismos.

Si el ministerio nos dice "enseñen un año de procesador de texto", nosotros incentivemos a que todos los trabajos prácticos de todas los espacios curriculares se presenten hechos en procesador de textos, a que cada vez usen más recursos del mismo, a que parte de la nota se forme por la pulcritud y orden de la información presentada, a que aprendan a realizar infografías para explicar sus temas.

Enseñemos a instalar blogs del curso, wikis, galerías de imágenes. Donde puedan elaborar colectivamente apuntes generales de todo el curso (que aprendan que con un pequeño aporte marginal se pueden tener resultados gigantescos). Que puedan canalizar sus angustias y conflictos utilizando el lenguaje escrito en el blog del curso. Que entiendan como funcionan todas estas herramientas, que entiendan que se requiere de un hosting, como se gestiona un nombre de dominio, como se instala un programa en forma remota, que no se conformen con las herramientas de hotmail, gmail o la empresa que sea... que se apropien de la tecnología.

Si vemos al espacio curricular TIC como una catapulta hacia una forma de vida, seguramente tendremos resultados mucho más interesantes que los actuales y no pasaremos por la vida de estos chicos sin pena ni gloria...

La excelente compositora Eladia Blazquez decía:

¡No! Permanecer y transcurrir
no es perdurar, no es existir
¡Ni honrar la vida!

Hay tantas maneras de no ser,
tanta conciencia sin saber
adormecida...

Merecer la vida no es callar y consentir,
tantas injusticias repetidas...

¡Es una virtud, es dignidad!
Y es la actitud de identidad ¡más definida!

Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir.

Porque no es lo mismo que vivir...
¡Honrar la vida!


En nuestra profesión, entre nuestros compañeros de trabajo... ¿cuánto
hay de durar y transcurrir? y ¿cuánto hay de honrar la vida?

Total, el blog es mío...

La cosa es que este espacio es como un lugar para hacer catársis, un espacio donde pongo lo que tengo ganas o me conmueve en un momento determinado... vaya a saber uno por qué.

Hoy, al contestar un correo en una lista, vino a mi memoria, una parte de un monólogo de alguien a quien extraño mucho... ¡Tato Bores!

Jorge Schussheim escribió este texto que, según él, abría un monólogo de Tato, estrenado en el teatro a pocos días de producirse el golpe del 24 de marzo de 1976.

¡Qué país, qué país...!
No me explico por qué nos despelotamos tanto... ¡si somos multimillonarios!
Usted va, tira un granito de maíz y ¡plaf!, le crecen diez hectáreas.
Siembra una semillita de trigo y ¡ñácate!, una cosecha que hay que tirar la mitad al río, por que no tenemos adónde metérnosla.
Compra una vaquita, la deja sola y al año se le formó un harén de vacas, créame...
Lo malo de esta fertilidad es que una vez, hace años, un hijo de puta sembró un almácigo de boludos y la plaga no la pudimos parar ni con DDT...
Aunque la verdad es que no me acuerdo si fue un hijo de puta que sembró un almácigo de boludos, o un boludo que sembró un almácigo de hijos de puta...


Si por esos lados se encuentran con el negro Olmedo... Sepan que nos hacen falta a muchos Argentinos.